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Dr. Roberto Mainieri Caropreso

Psicólogo Clínico / Terapeuta Cognitivo-Conductual

El control de la ira

En respuesta a ser criticado o ignorado, o cuando se siente abrumado por las molestias diarias, uno puede sentirse irritado, molesto o enojado. Esta es una reacción normal. De hecho, cuando la ira se experimenta y se expresa de manera apropiada, puede considerarse adecuada y saludable y pude llevar a un cambio constructivo en otros que estén causando alguna incomodidad. Por otro lado, la ira frecuente, intensa y duradera puede ser muy dañina.

La ira no se limita a gritar y gritar. Los individuos enojados pueden volverse intimidantes y agresivos. Pueden lastimarse a sí mismos, a los demás, o causar daños a la propiedad. Además, algunas personas posteriormente tienen sentimientos de culpa por su conducta producto de su ira. La ira incontrolada y excesiva causa problemas en todas las áreas de la vida. Puede resultar en problemas de relación con amigos, familiares o compañeros de trabajo. La ira extrema puede llevar a problemas con la ley. Pero no todas las personas enojadas lo demuestran: los individuos enojados pueden no mostrar su enojo exteriormente y la guardan en su interior.

Hay muchas reacciones propias del enojo. Algunas reacciones a la ira son inmediatas. Por ejemplo, es probable que las personas eviten a las personas enojadas ya que es desagradable ser el receptor de la ira. Los individuos enojados pueden sufrir dolores de cabeza, problemas estomacales, u otros problemas de salud. Otras consecuencias de la ira pueden surgir a largo plazo. Los individuos enojados que restringen su exteriorización, pueden retirarse, experimentar angustia y agitación interior, tienden a desarrollar una menor autoestima, más ansiedad y más abuso de alcohol y drogas que las personas que están menos enojadas. La ira incontrolada puede conducir eventualmente a enfermedades cardíacas, presión arterial elevada y cáncer, así como a problemas de relaciones y trabajo.

Tratamiento de la ira

La psicoterapia pueden ayudar a lidiar con la ira. En la búsqueda de terapia, es posible que desee considerar varios problemas generales. La ira es una emoción humana común y a veces normal. A veces es apropiado estar enojado. Pero, cuando la ira es exagerada, descontrolada o vinculada con un comportamiento disfuncional, se convierte en un problema que puede afectar todas las áreas de la vida.

Los patrones de comportamiento propios de la ira pueden estar relacionados a hábitos que se desarrollan, repiten y refuerzan a lo largo de toda la vida. Afortunadamente, estos hábitos pueden ser cambiados. Gran parte de la ira es una respuesta emocional automática y, con la práctica, puede reducirse.

Aproximaciones a la terapia de la ira

Hay muchos enfoques diferentes que un terapeuta puede usar para ayudar a un individuo a controlar la ira. Las técnicas de la terapia cognitiva conductual han demostrado ser muy efectivas para reducir la ira y, a menudo, representan el tratamiento de elección.